26 de mayo de 2009

Permanentemente (Lucio Borgna)

El niño llora junto a su pequeño perro. En la despensa, el maestro corta el pan con un cuchillo. El cuchillo es pequeño. El maestro ora por el alma de su pan. El niño está descalzo y cuenta en silencio hasta diez. El maestro da once pasos y piensa. El perro cabecea su pelota. Hay indicios de liz. Un virus de iluminación enferma a la pequeña comunidad. Decenas de personas y vegetales en la misma espesa realidad. La desmesura dice que hay un deseo. Uno.

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